"Los chicos que se esfuerzan más, no tienen respuesta. Se atiende más a los que se portan mal. "
El Prof. Julio Cesar Labaké, expuso con muchísima claridad sobre la falta de límites en los niños en la escuela como en el hogar. El Licenciado en Psicología y doctor en Psicología Social, expresó que: “el sistema educativo tiene que replantearse la permisividad en la cual a caído” y que “hemos creado una sociedad que se esta habituando a que: todo es igual nada es mejor”. Una entrevista imperdible para reflexionar sobre uno de los temas que mas nos preocupa en la actualidad. Puede leer y escuchar el dialogo del sábado 15 de agosto.
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¿Quién es Julio Cesar Labaké?
Una de las cosas que han sucedido, es que, lo que eran adolescentes cuando eran chicos. Época en la que todavía mandaban los padres, en algún momento vivieron una verdadera revolución cultural. Entre los años 60 y los 70. En la cual los adolescentes comenzaron a tener otra actitud. Esos adolescentes que se revelaron, que adoptaron una independencia mucho mayor frente a todo. No siempre han madurado. No reconocen, que la tendencia de los adolescentes, a pasar los límites, es natural. Pero la responsabilidad de los adultos a marcar que hay valores, que se deben cuidar, es un deber. Y no resolvieron su adolescencia. Y han guardado ciertos rasgos de adolescencia, que lo siguen viviendo tal cual, como padres, como adultos, como gobernantes. Y eso es sumamente peligroso porque no los capacita para distinguir los valores que reclaman límites y saber poner límites.
Y en cuanto a los chicos, comienza en educarlos para que aprendan a pensar, a tener ese momento de silencio y serenidad, que les permite razonar sobre lo que están sintiendo o queriendo hacer. El mismo proceso que viven los adultos en si mismos, deben proyectarlo, promoverlo, desarrollarlo con los chicos, para que todos aprendamos a pensar y aprendamos a guiarnos por la razón y no simplemente por el impulso.
Este sistema de no premios y castigo. Responde a una ideología horizontalista: queriendo ser todos iguales en dignidad, acabamos borrando el valor del esfuerzo.
En la vida real, después cuando vayan a trabajar, se van a encontrar con que al que trabaja bien lo premian, y al que trabaja mal lo sancionan. Los estamos educando mal, si no los educamos para la realidad. Nadie quiere vivir con un mal educado al lado. Todos queremos vivir con una persona correcta, educada, cordial al lado. Tenemos que educar a los chicos, desde chicos para que sepan que la cosa es así.
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¿Quién es Julio Cesar Labaké?
Labaké se ha desempeñado como docente en todos los niveles y rector de nivel medio, y ha sido representante por Capital Federal en el II Congreso Pedagógico Nacional, donde coordinó la Comisión 2 sobre Persona y Educación. En la función pública, ocupó los cargos de consejero del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, director nacional de Educación Superior, director de Formación y Capacitación Docente y miembro del Primer Comité Argentino para la integración de la Educación en el MERCOSUR. Ha sido director académico del Instituto Cultural Salamanca de la ciudad de Buenos Aires. En 1997 ha sido incorporado como Miembro Honorario del Instituto de Filosofía de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Es profesor extraordinario visitante de la Universidad de la Cuenca del Plata, provincia de Corrientes. En 2004 recibió del Cardenal Jorge Bergoglio, primado de la Argentina, el premio "Juntos Educar", por sus aportes en el campo educativo y por su ejemplo de vida y dedicación para las nuevas generaciones. Está siendo traducido al italiano su libro "Adolescencia y personalidad" para ser editado en Roma. Sobre el tema adopción ha expuesto, entre otros lugares, en el Congreso Argentino de Adopción en 2003. Desde su fundación en Argentina, es profesor de la Escuela de Formación de Dirigentes Universitarios que patrocina la Universidad Católica Argentina (2000-2005).
- No hay límites. Los padres y los docentes lo han perdido ¿es así?
Una de las cosas que han sucedido, es que, lo que eran adolescentes cuando eran chicos. Época en la que todavía mandaban los padres, en algún momento vivieron una verdadera revolución cultural. Entre los años 60 y los 70. En la cual los adolescentes comenzaron a tener otra actitud. Esos adolescentes que se revelaron, que adoptaron una independencia mucho mayor frente a todo. No siempre han madurado. No reconocen, que la tendencia de los adolescentes, a pasar los límites, es natural. Pero la responsabilidad de los adultos a marcar que hay valores, que se deben cuidar, es un deber. Y no resolvieron su adolescencia. Y han guardado ciertos rasgos de adolescencia, que lo siguen viviendo tal cual, como padres, como adultos, como gobernantes. Y eso es sumamente peligroso porque no los capacita para distinguir los valores que reclaman límites y saber poner límites.
- Entonces nuestros padres también han fallado. Nos han dejado ser más adolescentes
- Esto genera la idea de hacer lo que siento: hoy no siento ganas de ir a la escuela, siento ganas de no respetar a la maestra…
- ¿Cómo volvemos a poner la autoridad frente al aula, la autoridad del padre, cómo se vuelve?
Y en cuanto a los chicos, comienza en educarlos para que aprendan a pensar, a tener ese momento de silencio y serenidad, que les permite razonar sobre lo que están sintiendo o queriendo hacer. El mismo proceso que viven los adultos en si mismos, deben proyectarlo, promoverlo, desarrollarlo con los chicos, para que todos aprendamos a pensar y aprendamos a guiarnos por la razón y no simplemente por el impulso.
- Los niños son el reflejo de los adultos, de los padres y de los docentes…
- El niño que se porta bien termina desanimado. El que se porta mal, el que es un problema en el aula, el que es atrevido, el que es agresivo, el que es violento. Llama la atención de la docente, de la secretaria, de la directora, de la supervisora, la ministra lo tiene que atender. Es todo un caso dentro del aula. Hay reuniones de padres por él. Pero el buen alumno, el que se esfuerza, el que estudia y trabaja, no obtiene esa atención…
- El buen alumno también tiene problemas…
Este sistema de no premios y castigo. Responde a una ideología horizontalista: queriendo ser todos iguales en dignidad, acabamos borrando el valor del esfuerzo.
En la vida real, después cuando vayan a trabajar, se van a encontrar con que al que trabaja bien lo premian, y al que trabaja mal lo sancionan. Los estamos educando mal, si no los educamos para la realidad. Nadie quiere vivir con un mal educado al lado. Todos queremos vivir con una persona correcta, educada, cordial al lado. Tenemos que educar a los chicos, desde chicos para que sepan que la cosa es así.
Excelente nota. Deberiamos difundir mas estas opiniones para ayudar a los docentes y padres de hoy.
ResponderEliminarMuy buena!!!! la nota. Horacio tenes que repertirla al aire o entrevistarlo nuevamente, creo que ayuda mucho a entender y actuar sobre la problematica de los chicos. Muy bueno el programa y muy buena la nota. La de Daniel tambien hay que repetir.
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